mi loca vida

la sabiduria llega cuando ya no se necesita

9:06 a.m.

RECUERDOS DE MI EX



Con Mili estuve algo menos de tres años. Hablando en serio, nunca antes ni después una relación mía había sido tan larga, pero fue realmente mi primer amor. Tanto tiempo ha pasado desde entonces que ya no me da vergüenza admitir que me enamoré de ella, no perdida, sino perdedoramente, es así como lo diría el gran NAXOS. Tan embobado estaba con Mili, que su decisión de acabar con la relación rompió de norte a sur todo mi ecosistema emocional. Cual si fuera el devastador fenómeno de “El Niño”. Milagros atravesó mi adolescencia, llevándose todo a su paso, provocando violentos huracanes y tsunamis en los ecosistemas mas silvestres de mi cuerpo; arrancándole árboles, casas y vacas a la diminuta geografía de mi vida. Más que dolido, quedé damnificado. Por eso, cuando algunos años más tarde regresé a mi pais a tomarme unas merecidas vacaciones, se me metió una morbosa y sadomasoquista curiosidad de pasar por su casa y saber que es de ella, eso a mi corazón le dio garrotera (como la del chavo del 8).

Cuando te enteras de que tu primera enamorada te quiere dejar, eres como un cocktail experimental de una súbita mezcla de pánico y falso beneplácito. Tomas la noticia con una felicidad de macho soberbio, pero por dentro oyes cómo avanza la lenta procesión de tus angustias.

Herido en mi insípido orgullo juvenil, decidí no acordarme mas de ella y hasta recuerdo haber prometido delante de varios testigos que si volviera a ver a Mili me haria el indiferente y que apartir de este momento me emborracharía hasta el amanecer y me divertiría como el más mundano y pervertido de los chanchos. Eso, desde luego, no ocurrió ya que por mucho tiempo ella me seguía moviendo el piso.

Llegando a mi país lo primero que hice fue meterme un atracón de los mas variados y deliciosos manjares, acompañado de unas riquísimas chelas - entiéndase cervezas - para deleitar mi paladar y para deleitar mis ojos me vasto solamente mover la cabeza de diestra y siniestra para escanear toda hembra que pululaban por allí. Sin embargo tenia una piedrita en el zapato, Mili.

Rodeado de mi linda familia o con mis amigos pasaba momentos de mucha felicidad pero siempre andaba buscando el motivo más insignificante para obtener alguna información de Milagros, así que empece a preguntar a mis amigos sobre que paso con sus ex enamoradas de aquellas épocas y me entere que uno de mis amigos se caso con la Monchi, ( una amiga de Mili ) y que el viernes era su cumpleaños, porsupesto me invitaron al fiestón. A todo esto también me dijeron que Mili se casó, se divorció, que aun esta sola, que también iria a la fiesta y que siempre se acuerda de mi, A lo que yo pregunte : “¿Quien es Mili? -espero unos segundos y digo- ah... Mili..!! - que gran cínico-”.

Un día antes del esperado reencuentro con mi fantasma, me reuní con viejos amigos del colegio y junto con Carlitos (gran compadre de juergas) empezamos un agradable velada por la calles de mi ciudad, regando el jardín de mi vida con chelas y muchas carcajadas. Derrepente ya eran las 3 de la mañana en aquel bar con aires europeos dentro de una ciudad muy Latinoamericana, cuando Coqui me comento que esta chingana -lease bar- estaba a apunto de cerrar pero esto necesitamos seguirla. Asi que nos enrumbamos hacia otro lugar mas a tono con la celebración -yo tampoco se que celebrábamos-

Entre tragos y mas tragos, empecé a bailar con toda linda chica que estaba por allí, cuando derrepente, sentí que mi cabeza se abalanzaba buscando los labios de aquella morena que bailaba en ese momento conmigo y lentamente sucumbía a su dulce humedad cuando ella mordió mis labios tierna y pícaramente. Luego ella soltó una sonrisa y no fuímos a la barra a seguir conociéndonos mas, pero a besos.

Cuando pude escapar y reaccionar de la borrachera tenia una morena de cuerpo enteramente desnudo a mi lado, en una cama muy grande de un hotel muy cercano de la discoteca, Ya era viernes 5 pm y me detuve en mi mongola cavilación. Tenía que levantarme, tomar una ducha y salir para la fiesta de Monchi y acabar con mi fantasma . Pero felizmente, en un acceso de dignidad, reaccioné y recupere mi sentido comun. Yo no créo en fantasmas y pero si en la belleza de una piel joven y salvaje pidiendo caricias a gritos.

Yo seguí disfrutando las vacaciones.


El Super Ratón